preguntas/circuitos/loqué

Tiene la palabra: Una preguntita: ¿Cuál es la decisión correcta? ¿Por qué esa inseguridad? ¿Quién sos vos? ¿Por qué estoy hablando así contigo si no te conozco? ¿De qué estamos hablando acá? ¿Me entendés lo que te digo? ¿Por qúé no me respondés? ¿Pero qué es esto? ¿En dónde mierda estás? ¿Por qué me desespero tanto por tener una sola pista de qué estás haciendo ahora? ¿Por qué no soy dios? ¿Por qué no puedo estar en todo? No puedo, no puedo, no puedo parar ya no tengo dudas no puedo bajar la angustia de no ser, de no tener control remoto, de no ser titiritero, de depender tanto de los movimientos nulos y mínimos de cada uno que me rodea. De ser tan ansioso. No se... nunca se qué es lo que quiero. Pero tampoco estoy seguro si lo quiero ya. Es todo un ruido tan borroso, tan indefinido. A veces se precisa ver los contornos para saber hasta donde uno llega, donde empieza y donde se termina algo. Pero cuando es una baba difusa e imprecisa uno no logra contenerse y huye asustado, evadiéndose de la verdadera causa de su situación. Capaz que deja las cosas para más tarde. Quién sabe, en estas palabras puede estar evidenciada la verdad y uno no la puede ver... o no quiere.

2 comentarios:

Perrito Mozartiano dijo...

Hay una balanza que oscila entre el peso de las tribulaciones mentales y el peso de la carne. La carne, en sí misma es más pesada que el inmateriallismo de los pensamientos, por lo cual lo lógico sería que la balanza se inclinara hacia su lado. Sin embargo, lo curioso es que las cosas siempre terminan dándose a la inversa.

Dancing About Architecture dijo...

Es pesada, sí. Es material, sí. Justamente por eso, la carne se pudre.

Triunfo de la mente otra vez, al menos con el tiempo