pañal, quijada fuerte, dura, maxilar inferior prominente, anguloso por no decir cuadrado. Dientes mínimos, como pequeña piraña. De esos que al sonreír muestran la encía y ya sabemos de antemano que hay que desconfiar.
Cogíamos bien. Quizás por eso no cohibía. Calculo, no sé.
Además su cabeza, en todo.
Pero en
tantos otros lo opuesto.
Escribe muy bien y pesado. Abusa un poco de esos destellos donde muestra lo genial que es, recargando. Constante exhbición de su mundo.
Sobre todo su voz. Pero se sabe que no conviene enamorarse de voces y cerebros.
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