
Advertimos que como representación es imperfecta.
La escritura será ergo suplementaria a la función de la mente solo en tanto mantenga el reflejo lo más fiel y aproximado posible a lo que esta ha representado.
Pero lo producido en la mente es intransferible.
Y por más que plasmo por escrito varias veces una misma idea y por más que giro constantemente alrededor de un mismo punto, me gusta volver a meter la cuchara, repetirme a mi otro melancólico-filosófico-existencial-artístico que existo y estoy acá al otro lado. Repetirme en divagues, en letras amorfas, ilegibles. Dilucidar ese ser misterioso y críptico que tiene sus manías y locuras, que juega a ser normal y extraño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario